Esta tarde sin afeitar
pilas de cuché corroen el espejo
y calcetines a medio teñir se asoman tímidos
desde tazas de café dejadas al buen amparo del olvido, por, sabrá Dios, cuánto tiempo.
¿Es que he venido a ser desechable?
¿Es que he venido a ser estéril?
¿Es que he venido a ser-o?
Este corazón está montado en el cuello de cisne de alguna botica.
Y hoy no hay por quien esperar,
ni calles que aprendieron mis pasos
mientras derramaba pétalos de regreso a casa.
Esto iba a ser ciertamente distinto,
desconozco si fue la realidad, la lógica o el sueño,
lo desperfecto,
pero en algún momento perdí.
Una sábana arrugada,
una llamada perdida,
una caja de kleenex
todo eso
no iba a ser el amor.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment